Se unió La Meneadera del Septeto Santiaguero con el “Cimarrón” William Vivanco

La oportunidad se pintó sola. Coincidían en la misma ciudad que los vio crecer William Vivanco y el Septeto Santiaguero. Solo tenía que surgir la idea, proponerla y luego «atar los cables» para que en la noche siguiente compartieran el mismo escenario dos de los máximos exponentes contemporáneos del legado musical de Santiago de Cuba.

Ese alguien estaba allí, a solo 15 metros del “Cimarrón”. Lo consultó vía telefónica con el maestro Fernando Dewar (Director del Septeto Santiaguero) y recibió luz verde para materializar la idea. Solo quedaba escoger el momento apropiado para que el cimarrón no escapara de la encerrona.

En definitiva quien hacía de intermediario para lograr ese show musical decidió echar por tierra todo tipo de estrategia. Sin mucho preámbulo se presentó a William Vivanco,  le ofreció la idea y la reacción no se hizo esperar.

-¿A qué hora sería?

-10 de la noche en La Pachanga… al final de la calle Enramadas.

-¡Ñoo! Termino de cantar a las 9 en la Fundación Caguayo. (Reparto Vista Alegre, al otro extremo de la ciudad).

-Puedo hacer que lo de ustedes comience a las 11.

-Vamos a meterle entonces.

-¿Cómo harían para ponerse de acuerdo en el repertorio que van a cantar?

-Nosotros nos encargamos de eso. Yo le puse letra a una canción que ellos interpretan.

¿Seguro?

¡Seguro!

(Les juro que me dió la impresión de que  William Lo tenía tó pensao).

Y esa fue toda la «negociación». A las 11 de la noche del viernes 12 de julio el natural del barrio de El Tivolí entraba a La Pachanga y El Septeto tenía el ambiente en un punto climax con el hit La Meneadera.

Wow… expresó  Vivanco de manera casi imperceptible para los oídos de quienes lo acompañaban cuando presenció lo repleta y alegre que estaba esa noche La Pachanga.

El Septeto hizo la parada de rigor, «manejando» muy bien los tiempos de las emociones de los bailadores y uno a uno de sus integrantes fue al camerino a prepararse para la segunda tanda, la que cruzaría el umbral de la madrugada. Vivanco fue al encuentro y se fundió en ocho abrazos con los miembros del Santiaguero.  

Cantaremos  Yo Son Gangá y el Pilón dijo alguien. Todos asintieron y a partir de ese instante quien les cuenta no entendió mucho. Comenzaron a improvisar el espectáculo que le regalarían al público en el lenguaje que solo entienden quienes han hecho o estudiado música. En 10 minutos ya estaban de acuerdo.

Gerardo Houdayer, presentador por excelencia de las actuaciones de El Septeto Santiaguero en el Centro Cultural La Pachanga, quien también está aclimatado a las improvisaciones, hizo la magistral presentación de William Vivanco, mencionó los matices artísticos del invitado y develó la interacción musical de éste con el Septeto.

Lo que sucedió después prefiero resumirlo en dos comentarios. El primero, del propio Vivanco, que cuando apreció la cantidad de personas que disfrutaban de la mezcla de estas dos maneras de hacer buena música, pidió en público, que grabaran aquellos instantes porque temía que en La Habana no le fueran a creer.

El segundo comentario fue el que publicó en el perfil de facebook del Septeto uno de los fans de la agrupación, se trata de Tayseth Fuentes Rojas quien dijo: Allí estuvimos hasta el final, es un lujazo que todos debieran disfrutar, el Septeto Santiaguero es de los mejores en su género en Cuba. Vivanco parecía que toda su vida había estado en ese equipo, todo fue espectacular.

Los dejamos con el link a uno de los videos de lo que pasó esa noche: https://www.facebook.com/ElSeptetoSantiaguero/videos/709056486194990/

Fotos: Autor

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