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Por Eric Caraballoso julio 25, 2018 en Música
La unión del Septeto Santiaguero y José Alberto El Canario, parece un romance interminable. Aunque joven aún, el noviazgo artístico y comercial de la agrupación cubana y el cantante de Santo Domingo ya ha rendido frutos como el Grammy Latino, y promete nuevos éxitos en el futuro. “Lo que hemos hecho hasta ahora es simplemente un inicio”, asegura a OnCuba el intérprete y productor quisqueyano. El vínculo entre el Septeto y El Canario comenzó en el disco Vamos pa’ la fiesta (2013), para el que grabaron juntos el tema “Amor silvestre”. Luego vendría No quiero llanto. Tributo a Los Compadres (2015), una producción realizada a dos manos con la que conquistaron a la crítica y el público y se alzaron con el premio de la Academia Latina. Con este álbum empezaría, además, una estrecha relación comercial, pues desde entonces la disquera del dominicano –Los Canarios Music– ha sido la encargada de
promover la obra de los santiagueros fuera de la Isla. Así lo hizo con Raíz, un fonograma en el que no interviene artísticamente El Canario, y así lo hace ahora con la más reciente colaboración musical entre ambas partes: A mí qué. Tributo a los clásicos cubanos, que como las anteriores vio la luz en Cuba bajo el sello Egrem. La más auténtica música cubana es el elemento unificador en todos estos proyectos. “Cantar con el Septeto me ha permitido realizar uno de mis sueños desde niño: hacer música cubana –comenta El Canario–. Esa es la música que yo siempre he hecho, la que siempre me ha inspirado, especialmente la tradicional. Puede que se le llame salsa o de otra manera, pero es música de Cuba.”
Septeto Santiaguero y El Canario: Un tributo a los clásicos
El dominicano no esconde su predilección por el Septeto Santiaguero a la hora de cumplir este deseo. En su opinión, la agrupación que dirige Fernando Dewar “es ante todo calidad y tiene la esencia de la buena música cubana, de una manera muy original”. El Septeto, por su parte, reconoce haber encontrado en José Alberto mucho más que a un socio o un colaborador. “Siempre tendremos que agradecer al Canario por su apoyo y por esta gran familia que hemos formado desde hace algunos años –afirma Dewar–. Compartimos el amor por la música tradicional cubana, y también nos hemos unido desde el punto de vista personal, porque tratamos de encontrarnos y compartir ideas dondequiera que estamos, y de esas ideas precisamente han salido los proyectos que hoy tenemos.”
A mí qué…
Doce temas más un bonus track integran el nuevo disco del Septeto Santiaguero y El Canario, un fonograma al que Dewar considera una continuidad del trabajo iniciado en No quiero llanto… Aunque a diferencia del anterior, centrado en el homenaje al célebre dúo cubano Los Compadres, A mí qué… amplía el diapasón de géneros y autores para convertirse, como dice su subtítulo, en un tributo a los clásicos cubanos. Temas como el que da nombre al CD, de José Bautista Guerra; “Convergencia”, de Bienvenido Julián Gutiérrez; “La guarapachanga”, de Juan Rivera; “El guararey de Pastora”, de Roberto Baute; y “Santa Bárbara”, de Reutilio Domínguez y Celina González, forman parte de una producción discográfica que recorre diferentes momentos de la música cubana y evidencia la solidez de sus intérpretes. Son, rumba, bolero, changüí y hasta merengue, se dan la mano en la propuesta. “Este disco marca una etapa de madurez de la agrupación y nos permite demostrar que el septeto es un formato integrador, que puede incluir no solo sus instrumentos tradicionales sino también otros instrumentos; también que no es obsoleto ni estático, que su música todavía es bailable y puede ser atractiva para todas las edades, para que los jóvenes puedan conocer obras de otro tiempo, de siempre, aunque ahora parezcan nuevas por nuestros arreglos”, asegura el director del Santiaguero.
Ese carácter inclusivo y renovador distingue al fonograma, que cuenta como valor agregado con invitados como los puertorriqueños Gilberto Santa Rosa y Edwin Colón Zayas, los cubanos Pancho Céspedes, Alexander Abreu y Orlando Valle “Maraca”, y el acordeonista dominicano El Prodigio. Ellos encabezan una lista a la que también se unen los rumberos de Osain del Monte, el antológico trovador Alejandro Almenares, el también santiaguero Ángel “El Puro” Valerino, y agrupaciones de cámara de la Orquesta Sinfónica de Oriente, entre otros músicos. “A este proyecto nos entregamos en cuerpo, alma y corazón, y cuando llamé a algunos de mis colegas, como Gilberto Santa Rosa, para participar en él, nunca recibí un no por respuesta, porque entendieron la calidad de lo que estábamos haciendo –narra El Canario–. Esperamos que pueda triunfar internacionalmente, y hasta ganar premios importantes si Dios quiere.”
Rumbo a Estados Unidos
A mí qué… es un disco muy cubano, pero también multinacional. Y no solo por sus invitados. Fue grabado en Cuba, República Dominicana, Puerto Rico y los Estados Unidos, y su masterización se hizo en Miami, a cargo del reputado Ronny Torres. “Cada vez que nos llegaba una voz o un instrumento nuevo, grabado en otro lugar, y lo podíamos sumar a lo que ya teníamos hecho, era un momento muy emocionante”, cuenta Dewar sobre su realización. Un proceso como este ya no es una novedad para el Septeto Santiaguero, una de las agrupaciones de música cubana con mayor proyección internacional en los últimos años. Sus más recientes producciones han contado siempre con un importante respaldo fuera de la Isla, lo que ha favorecido su calidad y les ha abierto nuevas puertas para su promoción. Con esta experiencia ganada, y en alianza con El Canario, el Septeto apunta lejos
con su nuevo álbum. Presentado ya dentro y fuera de Cuba, no solo físicamente sino también en plataformas digitales como iTunes, Amazon y Spotify, A mí qué… tiene un promisorio camino por delante. Sus estrategias promocionales, dice a OnCuba Alden González, manager de la agrupación santiaguera, son similares a las seguidas con No quiero llanto…, las que les permitieron seducir a importantes mercados, en especial el estadounidense, y merecer el Grammy Latino, además de una nominación al anglosajón. No obstante, para repetir aquella historia tendrán que lidiar con el enfriamiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump, que ha afectado los intercambios culturales.
EE.UU. “bailó bonito” con el Septeto Santiaguero
“Lamentablemente la situación de hoy no es la misma que cuando logramos el Grammy –reconoce González–. Ya nosotros lo sufrimos porque tuvimos que cancelar conciertos en Estados Unidos en abril por dificultades para obtener el visado. Sin embargo, somos optimistas: tenemos planificada una gira desde finales de septiembre y parte de octubre y luego otra en diciembre y enero. Tenemos mente positiva y sabemos que cuando las cosas no salen hay que esforzarse el doble.” No solo como cantante sino también como productor, El Canario apuesta igualmente por un regreso triunfal: “Como disquera (Los Canarios Music) vamos a poner todo el esfuerzo para repetir todo lo logrado con el disco anterior. Vamos a trabajar bien duro para que el Septeto pueda regresar a Estados Unidos; la presencia allí es muy importante en cuanto a ventas y a recepción de la crítica, porque actuar es la mejor manera de mostrar lo que hemos hecho. Puede que sea un poco difícil, pero nada es imposible y se puede lograr.” Además, el Septeto Santiaguero no da la espalda a otros públicos como el latinoamericano y el europeo, seguidores de su trabajo desde sus discos anteriores e, incluso, cuenta con propuestas de otros mercados internacionales “muy novedosos”, según comentó en la presentación de A mí qué… Mario Escalona, director general de la Egrem. Mientras, la agrupación continuará sus presentaciones en escenarios cubanos durante el verano –recientemente lo hizo en el Festival Josone de Varadero– y antes de que termine el año debe realizar una gira por la Isla, por etapas y de manera paralela a sus presentaciones internacionales, también bajo el auspicio de la Egrem. Pero, desde ya, mira al futuro, aupada por el reconocimiento ganado y el entusiasmo de El Canario. “Vienen muchas cosas más, porque hay tantas joyas, tanta música de Cuba que tenemos el deseo de interpretar –confirmó el dominicano–. Nos falta muchísimo por hacer, por eso vamos a continuar trabajando con el Septeto Santiaguero si Dios lo permite. Esto no va a parar.”
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